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La Nutria ha crecido

Bueno...

...ya que últimamente no estoy muy inspirada, y aunque las cosas que me pasan puedan ser interesantes o importantes, y no van a ser explicadas aquí, (quien quiera saber que pregunte y ya pensaré si contesto XD), pues voy a escribir sobre el viaje a Roma, que hace ya 3 semanas y parece que hayan pasado 3 meses.
Y qué decir de Roma? La ciudad eterna... recuerdo la primera vez que estuve, yo tendría 8 años entonces, y recuerdo la fascinación con la que viví esa experiencia. Esa ciudad, con su historia en cada piedra...
Y esta vez ha sido más o menos igual. Roma, ciudad moderna y caótica, pero eterna.
Afortunadamente nuestro vuelo hacia la capital italiana fue una semana después del altercado en el aeropuerto del Prat, y las cosas ya estaban más o menos normalizadas. Aún así, cuando ya estábamos embarcando en el avión, por una ventanita del tubo que te lleva a la aeronave (busco sinónimos de avión y sólo se me ocurre este XD) pudimos ver 4 camiones de la guardia civil por las pistas, lo que nos puso un pelin nerviosos a todos...pero no fue nada, y el vuelo fue perfecto.
Yo llegaba a Roma con los deberes hechos: una vez en el aeropuerto, coges el tren que te lleva directo a la estación central, allí coges el metro hasta tu parada, cerca del hotel. Todo bien hasta que llegamos al metro: nuestra parada está cerrada por obras. Y estas cosas sólo nos pasan a nosotras. En fin, paramos una antes y toca caminar...pero hacia dónde? Pues nos dedicamos a dar vueltas al parque donde estamos mapa en mano buscando la calle. Unos minutos de incertidumbre pero la encontramos, genial. Llegamos al hotel...entregamos el bono y....sorpresa, no consta nuestro nombre. El chico de recepción hace un par de llamadas, mi hermana y yo nos miramos con cara de susto...5 minutos más tarde le llega un fax con la confirmación. Suspiro de alivio general.
Una vez instaladas, sin comer, siendo ya las 4 de la tarde pues nos dirigimos hacia lo que nos queda más cerca del hotel, es decir, el gran Coliseo. Andando a 10 o 15 minutos. Visita de rigor, fotos por aquí, fotos por allí, salimos, nos dirigimos hacia el foro romano, más piedras por aquí, y por supuesto, más fotos por allá. Un peligro yo con cámara de fotos en mano. En fin...
Ya cansadas de andar, cuando van siendo las 8 nos retiramos de nuevo al hotel, haciendo parada antes en un super cercano, donde nos agenciamos lo que será nuestra cena de cada día, es decir, un poco de pan y embutido, o fiambres, o como se llame según la zona.

Y este fue nuestro primer día en Roma.
Otro día, más.

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